Amo el libro de ejercicios de Un Curso de Milagros!
Me encanta la invitación tan gentil y poderosa que me da!
Cómo, de una manera contundente e inequívoca, me susurra..."Ahora puedes rendirte completamente"...
Y la comprensión de que hay otro camino...
...que no está contenido entre las soluciones de mi propia mente conflictiva, o dicho de otro modo, de esta realidad perceptual que en tan alta estima tengo.
Me doy cuenta también, como mi liberación no procede de mi propia voluntad... no, sino que vino únicamente, de la milagrosa intervención de un Poder Superior.
Así pues,la feliz comprensión de la propia certeza intrínseca de la dependencia de Dios es dramática y gravosamente rechazada y negada por el desafío enjuiciador de mi voluntad propia carente de significado.
El milagro está servido...
Y degusto plácidamente el completo deshacimiento de las ataduras de mi propia concepción... Ah! GRACIAS, gracias...
Alguien me comento el otro día..." Está de moda eso del Curso de Milagros, ¿no?..."
Y pensé..." ¿Será posible que aquello que transciende el tiempo, pase de moda...?
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