Una vez la mente está determinada a Despertar a la Realidad de su Naturaleza, la ponemos en disposición de escucha. En disposición de atender y de seguir a la Voz que habla por Dios... En disposición de seguirla a través del estrecho sendero que nos lleva a la conquista de nosotros mismos... Al re-nacimiento de nuestra Verdadera Identidad... A la resurrección de nuestra olvidada Santidad.
Y esta conquista del Cielo la conseguimos mediante la rendición, al soltar toda idea de querer llevar el control de la propia vida, de la pequeña y temerosa idea que uno tiene acerca de sí mismo, y de este mundo que percibe.
Y esta conquista del Cielo se alcanzó mediante la rendición, pues ciertamente desde la reducida idea que tiene el ego de las cosas, sólo podemos admitir que nada sabemos con certeza; por tanto, el ego está equivocado en todo.
Y esta conquista del Cielo se logró, sin duda, en la rendición; mediante el perdón. Un perdón total, sin concesiones!
Rendidas definitivamente nuestras armas y nuestras defensas al Espíritu Santo, el camino al Hogar es mostrado en la Luz de la Verdad. Pues, confiados y agradecidos, le permitimos Su Ayuda; que hace realidad nuestro feliz retorno al Cielo.
Pues
Conquisto la Paz, cuando disuelvo mi miedo.
Conquisto la Libertad, cuando sigo a mi corazón.
Conquisto la Verdad, cuando suspendo todo juicio.
Conquisto la Felicidad, cuando me uno a mi prójimo.
Conquisto el Amor, cuando me reconozco a mí mismo.
Conquisto lo Real, cuando contemplo mi rostro Eterno.
Y
Conquisto la Plenitud, cuando me sé y me siento Uno con Dios.
"Be Happy!!! 2009"
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