Si me defino a mi mismo separado, percibo un mundo aparte de mí. Y esa percepción carece de sentido. No tiene ningún significado.
Lo que da sentido a todo lo percibido es la Sagrada Transparencia que lo envuelve, lo Santifica y lo Bendice.
Los sucesos y personajes que acontecen en el escenario de la vida, son puertas abiertas al Cielo; si no son juzgados, ni analizados. Son puertas abiertas a Lo Eterno si, todo y todos, son bendecidos y liberados de cualquier objetivación, en un presente lleno de Perdón y de Amor... En un presente transformado en Presente, en un Divino Regalo de Libertad y Plenitud, de Paz y Santidad.
El Amor traspasa, integra, abraza, eterniza e invita a Despertar a la Verdad, a contemplar la Perfecta Pureza del Santo Hijo de Dios; que es nuestra esencia inmutable, y que sustenta a toda la humanidad en un mismo latido, en un mismo vivir... En un mismo Ser!!!... Y en esa Feliz Unicidad radica la Paz de Dios, "Sólo hay una vida, y esa es la vida que comparto con Dios" (lecc.167). Por lo tanto, si vivimos en Dios, podemos decir agradecidos: "Por la Gracia vivo. Por la Gracia soy liberado" (lecc.169).
"Be Happy!!! 2009"
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